16 Cuanto a las dos columnas, el Mar y las basas que Salomón había
hecho para la Casa de Yahveh, no se pudo calcular el peso del bronce de
todos aquellos objetos.
17 La altura de una columna era dieciocho codos, y encima tenía un
capitel de bronce; la altura del capitel era cinco codos; había un trenzado y
granadas en torno al capitel, todo de bronce. Lo mismo para la
segunda
columna.
18 El jefe de la guardia tomó preso a Seraías, primer sacerdote, y a
Sefanías, segundo sacerdote, y a los tres encargados del umbral.
19 Tomó a un eunuco de la ciudad, que era inspector de los hombres
de guerra, a cinco hombres de los cortesanos del rey, que se encontraban en
la ciudad, al secretario del jefe del ejército, encargado del alistamiento del
pueblo de la tierra, y a sesenta hombres de la tierra que se hallaban en la
ciudad.
20 Nebuzaradán, jefe de la guardia, los tomó y los llevó a Riblá,
donde el rey de Babilonia;
21 y el rey de Babilonia los hirió haciéndoles morir en Riblá, en
el
país de Jamat. Así fue deportado Judá, lejos de su tierra.
22 Al pueblo que quedó en la tierra de Judá y que había dejado
Nabucodonosor, rey de Babilonia, le puso por gobernador a Godolías, hijo
de Ajicam, hijo de Safán.
23 Todos los jefes de tropas y sus hombres oyeron que el rey de
Babilonia había puesto por gobernador a Godolías y fueron donde Godolías
a Mispá: Ismael, hijo de Netanías, Yojanán, hijo de Caréaj, Seraías, hijo de
Tanjumet el netofita, Yaazanías de Maaká, ellos y sus hombres.
24 Godolías les hizo un juramento, a ellos y a sus hombres, y les dijo:
«No temáis nada de los siervos de los caldeos, quedaos en el país y servid al
rey de Babilonia, y os irá bien.»
25 Pero en el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisamá,
que era de linaje real, vino con diez hombres e hirieron de
muerte a
Godolías, así como a los judíos y caldeos que estaban con él, en Mispá.
26 Entonces todo el pueblo, desde el más pequeño al más grande, y
los jefes de tropas se levantaron y se fueron a Egipto, porque
tuvieron
miedo de los caldeos.